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Mostrando entradas con la etiqueta Vicente Puig. Mostrar todas las entradas
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martes, 19 de septiembre de 2017

Importantes opiniones de lectores en Google Libros

Con Antonio Andújar Castro, Cristina Escamilla y Paco Arenas el pasado 14 de septiembre en el Museo de la Beneficencia (Valencia).

Breve, pero contundente, esta es la opinión del historiador y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Juan Francisco Fuentes:
El libro me ha producido una excelente impresión, en el fondo y en la forma. Bien escrito, excelentemente estructurado -y era difícil, por la complejidad narrativa de los hechos que relata- y documentado de forma rigurosa y exhaustiva, mezclando una amplia documentación de archivo con testimonios orales que, en realidad, son los que desencadenan la investigación. Espero que la historiografía especializada en la época le preste la atención que merece.
Juan Francisco Fuentes  

En uno de sus libros, Amazonas de la libertad, descubrí que citaba a mi antepasada Gertrudis Romero por su despido en palacio en 1824 mediante el decreto de Andújar. Un nombre más de una lista de personal palaciego despedido por Fernando VII tras haber derogado la constitución e implantar el absolutismo. El despido de Gertrudis no incluía motivo, salvo el de formar parte de la lista personal elaborada por el déspota, que decidió librarse de ella tras 9 años de haberla utilizado como su juguete desde su repentina viudez acaecida cuando el absoluto decidió llevarla a palacio embarazada de un hijo que no era de su marido. Con siete hijos y el que venía en camino, Gertrudis se vio abocada a someterse a los caprichos regios sin rechistar hasta que el soberano se cansó, la despidió y a continuación costeó su entierro funeral de secreto que ocultaba una muerte distinta a la plasmada en la defunción, al igual que le había sucedido en 1815 a su marido, el militar Vicente Puig. 

El catedrático Juan Francisco Fuentes mostró interés por conocer este personaje que citaba someramente en Amazonas de la libertad y le envié un ejemplar de mi libro Voces desde el más allá de la historia, ansiosa de conocer su opinión, que me alentó a seguir adelante con la tarea de difundir esta historia que ha pasado por alto y merece salir a la luz. Logré así que el libro fuera avalado por la historiadora y catedrática Isabel Burdiel para ser presentado en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Valencia el 4 de mayo de 2017, acompañada del Vicedecano Miguel Requena, cuyas palabras de elogio me siguen impulsando a lograr que lo revelado en este libro trascienda a los historiadores especializados y se modifique lo que requiera revisión histórica. El camino es largo, pero no voy a dejar de emprenderlo.

Y en ese camino hay alguien que ha dado un gran impulso a este libro y creyó en él desde el comienzo. Me refiero a mi amigo, el escritor Paco Arenas, a quien tengo tanto que agradecer. Esta es su opinión en Google Libros:
 La investigación histórica debe ser como la arqueología, debe buscar hasta debajo de las piedras, no se puede conformar el investigador con lo que otros han escrito, en muchos casos al dictado de fuentes interesadas. No olvidemos que a lo largo de la historia todos los "grandes" han tenido sus propios cronistas que han narrado la crónica, que no la historia, que sabían que no molestaría a sus amos, a quienes les pagaban, entre otras cuestiones porque no solo podía peligrar su privilegiado puesto de trabajo, sino también, en muchos casos su propio pescuezo.
Eso es lo que ha hecho María Nieves Michavila Gómez, ha investigado hasta debajo de las piedras, ha rastreado y leído los tediosos archivos religiosos, militares, las hemerotecas de la época, multitud libros de historia, novelas, referencias, hasta en los Episodios Nacionales, de don Benito Pérez Galdós, los ha contrastado, y hasta la parte oculta y escondida a propósito ha terminado sacándola a la luz, no como una verdad absoluta incuestionable, sino como la base para continuar la excavación arqueológica sobre la verdad, los crímenes sin resolver llevados a cabo por nuestros amados reyes, Fernando VII e Isabel II, sus amoríos y felonías, envenenamientos, conspiraciones y puñaladas traicioneras. Porque al igual que anteriores y posteriores reyes, cuando tenían un capricho lo querían a toda costa, sin reparar en medios o en vidas inocentes.
Pero todo eso que nos muestra Voces desde el más allá de la historia, no lo muestra de manera morbosa, sino de manera rigurosa, aportando documentos originales. Además, y siendo un libro de investigación, lo hace de manera tan amena y clara que engancha. Los documentos que a ella le han llevado años de tediosa investigación los podemos consultar fácilmente, puestos los asientos para facilitar la investigación a quienes vendrán detrás, porque sabe María Nieves, que su libro es una herramienta para sacar a la luz la historia, la de verdad, no la de los cronistas a sueldo. 

Con él y mi amigo el escritor Antonio Andújar Castro tuve el honor de participar el pasado 14 de septiembre en una tertulia sobre la mujer en los primeros años treinta, con motivo de la presentación de la novela La vida partida en dos. Ha sido un orgullo compartir con ambos este importante evento en tan magno escenario como la sala de Alfonso el Magnánimo del Museo de la Beneficencia, donde tuvimos oportunidad de ir desgranando una época tan fundamental en nuestra historia, incluyendo la segunda república y sus avances para la mujer. No podía faltar su opinión en Google libros:
Excelente libro sin atisbo de duda. Cuando lo empiezas no quieres parar, incluso te quedas con ganas de saber más. Claro que la historia es la que es, y no se puede alterar. Y en este caso, perfectamente documentada es la que es. Por eso, Mari Nieves Michavila, la brillante autora de este fantástico y profundo ensayo, ha querido respetar la historia, la única y verdadera contada y demostrada de generación en generación.
Te felicito por tu obra y recomiendo su lectura a todos los públicos.
Antonio Andújar Castro (psicólogo y escritor).

Gracias, muchísimas gracias a todos los lectores que han dedicado un tiempo para dejar su reseña en Google libros. Estáis contribuyendo a la difusión de este libro y a que esa historia oculta permanezca viva tras esos años de silencio impuesto a esas voces silenciadas que no pudieron clamar justicia en su momento. 

Enlace para escribir reseña en Google Libros


lunes, 31 de octubre de 2016

201 años de una oscura muerte conveniente a Fernando VII


Mañana cumple un año este blog, creado coincidiendo con el 200 aniversario de muerte de Vicente Puig, víctima de una muerte prematura y en extrañas circunstancias que requirieron falsificar su defunción y facilitar a Fernando VII llevar a palacio a su viuda, Gertrudis Romero, hallándose embarazada y con siete hijos a su cargo.

Portada de Episodio Nacional de Benito Pérez Galdós.

La inexplicable ausencia del expediente personal de Vicente Puig en el Archivo General Militar no ha impedido la reconstrucción de su rastro ni el descubrimiento de las peculiares circunstancias en que su esposa quedó embarazada en su ausencia y dependiente de los designios del déspota Fernando VII, convertido en “protector” de esta familia rota.



Retrato de Fernando VII.


El 1 de noviembre de 1815 Vicente Puig fallecía en Pamplona, lejos de su familia y sin llegar a saber qué sería de sus siete hijos, el mayor de ellos con doce y el último de meses. Ignoraba que venía otro niño en camino sin que él hubiera tomado parte. Había firmado testamento ocho años atrás cuando creyó que peligraba su vida al partir con el marqués de la Romana a la expedición hacia Dinamarca, incluyéndose entre los pocos sobrevivientes que lograron retornar a España en 1808 para unirse a la lucha contra la invasión francesa que duró años, hasta que se logró restaurar la corona a Fernando VII en 1814. Poco imaginaba Vicente Puig que este monarca marcaría irremisiblemente el futuro de su familia y él no estaría para defenderlos. Vicente Puig sobraba para Fernando VII. Y como una maldición, la historia volvería a repetirse con su hijo, Federico Puig Romero, y la heredera del absoluto, Isabel II. 

Isabel II de España.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Federico Puig Romero y la dinastía Borbón

Federico Puig Romero (Museo Específico de la Academia de Artillería de Segovia).

Hoy hace 204 años nacía en Santiago de Compostela Federico Puig Romero, quinto hijo dado a luz por Gertrudis Romero de su matrimonio con Vicente Puig, militar que luchaba desde 1808 en la guerra de independencia contra los franceses que culminó en 1814 permitiendo el advenimiento de Fernando VII al trono de España. Vicente Puig no podía prever entonces lo fatídico que resultaría este personaje y su futura hija, Isabel II, para él y su familia.

Fernando VII  (retrato de Francisco de Goya).

¿Cómo suponer que el monarca por el cual había arriesgado la vida le arrebataría a su esposa, la dejaría embarazada y de inmediato viuda para poder llevársela a palacio y disponer de ella a su antojo hasta que se cansara dando con el fin de sus días anticipadamente? ¿Y que la historia se repetiría con su hijo Federico e Isabel II, la hija de Fernando, dando como resultado un vástago que llegaría a ser el rey Alfonso XII? Esta paternidad se confirma mediante la existencia de una carta firmada por el rey Alfonso XII y dirigida a los hijos de Federico Puig Romero, a los que llama hermanos.

Isabel II de España.

Sin embargo, los rumores sobre esta paternidad se desviaron hacia el oficial de ingenieros Enrique Puigmoltó y Mayans, con quien Federico mantenía vínculos de amistad y familia. Así seguiría oculto el negro pasado que vinculaba al padre de la reina con  las oscuras muertes de los padres de Federico, quien junto a sus hermanos hubo de sufrir años de ensañamiento del déspota que quiso despojarles de sus derechos hasta que una razón secreta y muy poderosa hizo variar al absoluto de conducta hacia ellos.

Retrato de Alfonso XII (Palacio de Aranjuez).

Sobre Federico pesaba este pasado que la dinastía Borbón no podía permitir que saliera a la luz. El 22 de junio de 1866 se inicia en el cuartel de San Gil, donde era coronel Federico Puig Romero, un movimiento revolucionario contra Isabel II que, conocido de antemano por el gobierno, fue utilizado como marco perfecto para camuflar el asesinato del oculto padre de Alfonso XII mediante sicarios que no formaban parte de los planes revolucionarios. Isabel II y su gobierno falsean estas circunstancias y encubren a los asesinos, logrando el silencio de la familia, que fue testigo de aquel horror.

Retrato de Alfonso XIII junto a su madre (Luis Álvarez Catalá, 1898).

El retrato de Federico Puig Romero en el museo del Ejército fue retirado y guardado en depósito hasta 2003, cuando visité el Museo Específico de la Academia de Artillería y el coronel director tuvo la deferencia de colocarlo en lugar de honor, donde actualmente se halla. Cuando lo vi por primera vez no dejó de sorprenderme la ironía de que durante tantos años de clandestinidad se situara frente a un retrato de Alfonso XIII niño y su madre, la regente María Cristina. Ella y su hijo intentaron todo para enterrar este pasado, que sin embargo Alfonso XII, a la vista de los hechos, intentaba resarcir, pese a que en su reinado un famoso historiador falseara el asesinato de su supuesto padre, no con rumores, sino en un libro de historia, para zanjar especulaciones. Pero ello no bastó y aun durante la dictadura franquista otro hombre del régimen siguió tapando este asesinato no resuelto.  En el libro Voces desde el más allá de la historia se sacan a la luz las claves que permiten sacar conclusiones muy claras sobre la implicación directa de la dinastía Borbón en las oscuras circunstancias de la muerte de Federico Puig Romero.

miércoles, 3 de agosto de 2016

Maquinaciones de Fernando VII: el ingreso de Vicente Puig Romero en el Real Seminario de Nobles de Vergara



Real Seminario de Nobles de Vergara en Guipúzcoa.

El 2 de junio de 1815 firmaba Vicente Puig Formenti la solicitud de admisión de su hijo mayor, Vicente, de casi doce años, en el Real Seminario de Nobles de Vergara. Ni de lejos imaginaba la trampa que le tendería Fernando VII cuando escribía que dirigía carta al Rey por el conducto que las órdenes de S.M. me han señalado. Confiaba ciegamente en las facilidades que Fernando VII le había dado a pesar de haberse hecho pública la inexistencia de fondos para mantener a los seminaristas. El director responde el 22 de junio de 1815 a Vicente Puig que solo podría ser admitido si los gastos corrían por cuenta del Real Erario, es decir, del bolsillo de Fernando VII, lo que implicaba gestiones especiales en la corte dependientes de la real mano que pondrían en jaque a la numerosa familia de Vicente, acantonado por entonces en Guipúzcoa, donde se ubicaba dicho establecimiento.

Miguel de Lardizábal y Uribe, direcrtor del Real Seminario de Nobles de Vergara. Retrato realizado por Goya en 1815.


El fatídico instante en que el soberano absoluto puso los ojos en Gertrudis Romero, esposa de Vicente Puig, cambió el rumbo de sus existencias para siempre. Vicente Puig sobraba en los planes del absoluto, y es así como ella queda embarazada en ausencia de su marido. Al poco de confirmarse su estado fallece misteriosamente en Pamplona Vicente Puig incluyéndose un certificado falso de su defunción en los trámites de la viudedad. Curiosamente en un castillo de Pamplona es encerrado el director del seminario, Miguel de Lardizábal y Uribe, que por las fechas en que atendía la solicitud de Vicente Puig se hallaba en plena gestión secreta del próximo enlace del déspota con María Isabel de Braganza. Este personaje que desde 1814 había ocupado el importante cargo de Ministro General de Indias cae en desgracia por las fechas en que la extraña muerte de Vicente Puig deja el camino libre a Fernando VII para que  Gertrudis se convierta en azafata de la nueva reina en marzo de 1816, seis meses antes de que se contrajera el enlace real.



El Real Seminario de Nobles de Vergara tenía gran prestigio y allí se educaba la élite de la sociedad de aquel tiempo. En esta institución descubrió el wolframio Fausto Elhuyar, y vinculados a su historia se hallan nombres de prestigio como los de Félix María Samaniego, el conde de Peñaflorida, Valentín de Foronda y el mismo Miguel de Lardizábal y Uribe, entre otras personalidades. Vicente Puig Romero nunca llegó a ser alumno y a cambio, hubo de convertirse en tutor de sus hermanos al quedarse huérfanos cuando el absoluto decidió deshacerse del juguete en que había convertido a Gertrudis Romero, haciéndose a cargo de los gastos del oficio funeral de secreto de la ex azafata y madre de tres presuntos hijos de Fernando VII. El ensañamiento del absoluto con esta familia les sume en años de indigencia hasta que algo inesperado lleva al déspota a cambiar su actitud y estar dispuesto a todo tipo de concesiones. Los oscuros secretos de Fernando VII pesaban demasiado. 

Fausto Elhuyar, profesor del Real Seminario, donde descubrió el wolframio.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Un cortesano en 1815


1815 sería el último año de vida de Vicente Puig, al que se atribuye como hija póstuma la niña de que queda embarazada Gertrudis en ausencia de este por dictado de Fernando VII. Ni llegó a enterarse del embarazo de su esposa porque halló una muerte repentina cuya causa fue falsificada, al igual que los datos del expediente de viudedad para que salieran las cuentas y la niña nacida  en 1816, ya siendo azafata de la reina Gertrudis, llevara el apellido Puig en lugar de Borbón. Viuda y con siete hijos a su cargo más la niña que no era de su marido, Gertrudis se convirtió a partir de entonces en juguete de Fernando VII.  Muy similar a lo que sucede en la película El hombre de la máscara de hierro, basada en la obra de Alejandro Dumas, que quizá se inspiró en la historia de Gertrudis, que perviviría en la comidilla palaciega cuando el escritor llegó a la corte española. En la película, Cristine es objeto de deseo del rey Luis XIV, que ordena la muerte de su prometido. El rey pasa a ser su protector y ella no tiene otra opción que convertirse en su amante, porque la autoridad soberana es irrefutable, como sucedió a Gertrudis con Fernando VII. Cristine finalmente se suicida al descubrir el engaño. Gertrudis no tenía esta opción porque era madre y solo podía elegir entre sacar a sus hijos adelante o convertirlos en objeto de las iras del soberano, lo cual significaba elegir entre vida y muerte.

El absolutismo y terror que se vivía en este año lo recrea a la perfección Benito Pérez Galdós en su episodio nacional Memorias de un cortesano en 1815. El personaje que crea se llama Juan Bragas, más conocido como Pipaón. Explica Pipaón cómo pasó de la nada a sentarse en un sillón del Consejo de Castilla. Se entrenó en inventar cartas, remedar tipos de letra…, llegando a convertirse en indispensable para Fernando VII. Detalla cómo se despojaba de papeles a los perseguidos, porque si no, la justicia habría tenido que romperse los cascos para inventarlos después, lo cual es tarea larga y que da mucha fatiga y quita mucho tiempo a los señores de la comisión de Estado. El sector principal objeto de persecución eran los liberales, gaceteros, discursistas, preopinantes, soberanistas, republicanos, volterianos, masones... Es decir, cualquiera que se opusiera al absolutismo. Refiere cómo se corrían rumores falsos de conspiraciones, se contrataba gente para acusar a otros, utilizaban a franciscanos o agustinos para arengar la muchedumbre… Y los ministros estaban impedidos para gobernar porque el control de todo lo llevaba el equipo asesor del rey que, según el marqués de Villaurrutia, estaba compuesto principalmente por el duque de Alagón y Chamorro, de los cuales afirma: El  secreto de  la  perdurable   privanza  acaso   estaba  en  que, maestros  ambos   en  rufianescas tercerías, para dar gusto al Rey solo necesitaban  buscar  quien  se  lo  diera.  

La tragedia de la familia Puig al cruzarse en su camino Fernando VII puede reconstruirse y salir a la luz, pero en el anonimato quedarán muchas historias trágicas de vidas sumidas en el horror y desesperación por capricho soberano.