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viernes, 18 de junio de 2021

La primogénita de Fernando VII apellidada Puig

Isabel II

La primera hija de Fernando VII no nació de una reina. En 1806 el entonces príncipe Fernando enviuda de su primera esposa,  María Antonia Borbón, sin haber logrado forjar ningún heredero sano a lo largo de cuatro años. Tuvieron que pasar diez años más hasta su próximo matrimonio. La causa de este retraso fue la invasión francesa que él mismo había propiciado en 1807 cuando conspiró contra su padre, el rey Carlos IV, y buscó alianza con Napoleón, que no desperdició la ocasión que Fernando le puso en bandeja.

María Antonia Borbón


Tras años de lucha contra los invasores, en 1814 Fernando VII  es repuesto en el trono y urge buscarle esposa para asegurar la sucesión. A comienzos de 1816 se inician los preparativos para su enlace con María Isabel de Braganza, con la que se casa en septiembre de ese año. Tres meses antes nace su primogénita, del mismo nombre que su madre, Gertrudis Romero, viuda del militar Vicente Puig. Esta niña, que se  hizo pasar como póstuma, nació el 22 de junio de 1816. El mismo día, cincuenta años después, sería asesinado Federico, hermano por línea materna de esta niña que fue bautizada en la madrileña parroquia de San Sebastián con los apellidos Puig Romero, a pesar de que Vicente Puig poco o nada pudo mediar en su concepción pues fue enviado a destino apartado. Quién sabe si llegó a enterarse de que su esposa iba a ser madre de un vástago real. Su extraña muerte, repentina y prematura, que requirió falsificar su defunción, se produce poco después de confirmarse el embarazo ilegítimo de Gertrudis. 

María Isabel de Braganza


 En marzo de 1816 Fernando VII nombra a Gertrudis Romero azafata de la reina antes de que hubiera reina, hallándose Gertrudis embarazada de seis meses aunque en documentos de la viudedad hiciera constar de dos meses más para que las cuentas salieran y pudiera atribuirse a su marido, lo cual conducía al absurdo de que el embarazo hubiera durado once meses… 

Con el apellido Puig y no Borbón, esta primogénita de Fernando VII suponía su única esperanza para proporcionar herederos de la corona. De su breve matrimonio con María Isabel de Braganza apenas había sobrevivido una niña por poco tiempo. Sin darse tiempo para duelos, Fernando VII contrajo nuevas nupcias con Josefa Amalia de Sajonia en 1819. Esta esposa le duró más tiempo, diez años, pero sin un solo embarazo. A lo largo de todo este tiempo Fernando VII tuvo más hijos con la ex azafata, que siguió viviendo en palacio, casándose en la capilla real con el marido que le buscaron para dar apellido a los nuevos hijos del rey,  Juan y Fernanda Guillelmi, esta última, apadrinada por Fernando VII. En 1823 el monarca reniega de sus tres hijos llegando a aborrecer a esta familia que hace caer en la miseria y tan solo se digna pagar el entierro secreto de Gertrudis Romero en 1824. Por esos caprichos del destino, la ex azafata caída en desgracia andando el tiempo llegaría a ser abuela de un rey...


Fernando VII y Josefa Amalia de Sajonia

Gertrudis Puig Romero,  hermana biológica  de Juan y Fernanda Guillelmi y por línea materna del resto de apellidados Puig Romero, fue sacada del Real colegio costeado por su padre el rey para casarse con un guardia real de rancio abolengo, sin que llegara a tener hijos. La vida de Gertrudis Puig Romero, de salud quebradiza, sería breve. Su hermana Isabel, la primogénita oficial de apellido Borbón, nacería en 1830 del matrimonio de Fernando VII con su sobrina María Cristina de Borbón.  Gertrudis dejaba el mundo en 1842, siendo su hermana proclamada como Isabel II un año después, a la edad de trece años.

Fernando VII y María Cristina Borbón

La historia podía haber terminado ahí… Pero no fue así, por desgracia. La nefasta cercanía no buscada de los Puig con los Borbón llevó a situaciones repetidas, no solo de la fecha 22 de junio en que se daba el nacimiento de Gertrudis y cincuenta años después el asesinato de su hermano  Federico. Federico, al igual que su madre, se vio sometido a los caprichos de los Borbón: ella, de Fernando VII; él, de Isabel II, hermana de su hermana Gertrudis. Y del mismo modo que sus padres, los días de Federico  terminarían anticipadamente, tras haber dejado un heredero a Isabel, que reinaría en el futuro con el nombre de Alfonso XII, cuya paternidad se atribuyó a otro que sirvió de tapadera, como en su tiempo lo fue Juan Guillelmi.  En la siguiente generación, los hijos legítimos de Federico llegan a descubrir estos nexos de sangre con Alfonso, que se dirige a ellos como su hermano.

Federico Puig Romero y Alfonso XII

La investigación que da a la luz todos estos hechos, publicados en mi libro Voces desde el más allá de la historia (Incipit, 2015) parece superar la ficción. Por eso era tan necesario escribir este libro previamente a la novela histórica basada en estos hechos reales que en opinión de muchos dan para un guion cinematográfico. La novela histórica, titulada Alfonso XII y la corona maldita (Altera, 2018), deja claro al principio que es una historia novelada  con la ficción necesaria, y  me ratifico en mi advertencia inicial: ojalá que los hechos más terribles de esta historia fueran solamente una ficción...