|
Fernando Fernández de Córdova (1809-1883) |
El próximo 30 de
octubre se cumplirán 135 años de la muerte del general Fernando Fernández de
Córdova, autor de las Memorias Íntimas
que dejó encargado se publicaran en cuanto muriera. Su primogénito Luis tardó
tres años en cumplir esta voluntad. El 27 de julio de 1886 se anuncia en La Época que previamente a la
publicación del libro incluirán fragmentos en el periódico, comenzando ese día
con las Jornadas en los Sitios Reales,
donde se incluye la famosa anécdota que recoge el marqués de Villa-Urrutia en
su libro Las mujeres de Fernando VII
(1916) sobre los escarceos de Fernando VII con una viuda, que por cierto me
sirvió de inspiración para dar nombre a un capítulo de mi libro Voces desde el más allá de la historia que
titulé La hermosa viuda, refiriéndome
a mi antepasada Gertrudis Romero.
Añaden en La Época: ‹‹Los
que lo conocen saben el mérito de esta obra, que, principalmente, consiste en
la copia de datos que la prodigiosa memoria del General Córdova acumuló acerca
de los sucesos que llenan tres cuartas partes del siglo actual, desde sus primeros
años hasta 1873››. Causa extrañeza esta noticia puesto que en el libro no se
incluye la época crucial de 1873 en que llegó la primera república tras el
conflicto artillero iniciado en noviembre de 1872 en el que desempeñó un papel preponderante
el general Córdova, como ministro de guerra del gobierno de Manuel Ruiz
Zorrilla durante los coletazos del reinado de Amadeo de Saboya.
Leyendo estas Memorias no puede negarse el talento
literario del general Córdova, dotado además de una gran habilidad diplomática,
o quizá camaleónica, dándosele muy bien fraternizar con bandos contrapuestos. A
este controvertido personaje he dedicado buena parte de las investigaciones para
intentar esclarecer las circunstancias del asesinato de mi tatarabuelo Federico
Puig Romero el 22 de junio de 1866. No añado por tanto más de lo que sobre él
cito en mi libro Voces desde el más allá
de la historia, y me centraré en su primogénito Luis Fernández de Córdova y Remón Zarco del Valle, mayor de sus tres hijos y heredero del título de marqués
de Mendigorría. Di con él casualmente en mi investigación y despertó mi interés
su vida, prematuramente cortada a los 52 años por una muerte violenta.
|
El Heraldo, 13 de febrero de 1906 |
Militar del arma
de infantería, como su padre, el 26 de enero de 1891 se anota en su hoja de
servicios que ha donado los beneficios de la venta de las Memorias Íntimas, que ascienden a 50000 pesetas, al Colegio de
Huérfanos del Arma. En 1899 se realizaría una segunda
edición en el Establecimiento tipográfico de El Liberal, con cuyo administrador mantiene correspondencia Córdova entre marzo y
septiembre, cuando se imprimenn 300 ejemplares, lo que no deja lugar a dudas acerca del éxito del libro.
Ciertamente,
Córdova tenía muchas anécdotas que contar, bastantes de ellas guardadas para
sí. Conoció personalmente a dos hombres muy cercanos a Isabel II: el duque de
Baena (José María Ruiz de Arana), a
quien se achaca la paternidad de la infanta Isabel, más conocida como la Chata, y también a Miguel Tenorio de Castilla, a
quien el autor especializado en temas borbónicos, José
|
Infanta Isabel (La Chata) |
María Zavala, atribuye
casi con seguridad la paternidad de la infanta Paz, y quizá la de las infantas Pilar y Eulalia.
|
Infanta Pilar |
Atrás quedaban las
circunstancias que llevaron a la ex reina Isabel II a desterrar al general
Córdova en 1868. La relación entre su heredero Luis con la familia real era
inmejorable, tanto como para ser nombrado ayudante de campo del rey Alfonso
XIII el 11 de octubre de 1905, cargo que le duró apenas hasta el 13 de febrero
de 1906, cuando su muerte a causa de un disparo en su casa saltó a los
periódicos, dándose finalmente por
hecho que se trataba de un suicidio. En La
Correspondencia afirman que el móvil
pudo ser ‹‹una enfermedad mental que padecía desde hace
pocos días››. En El Heraldo se dice que se hallaba aquejado de hace tiempo de una dolencia y el 8 de diciembre sufrió un acceso mental y desde aquel momento no volvió la tranquilidad a su espíritu.
|
Infanta Eulalia |
En el expediente
del caso se hallan contradicciones en los testimonios, hablándose de que
padecía una enfermedad que afectaba su intelecto, lo cual resulta paradójico
con que se le concediera un nombramiento
tan importante como ayudante del rey. Tampoco se especifica desde cuándo la
padecía, ni hay constancia de que se hubiera dado de baja por enfermo en los últimos
días. El nombramiento se produce por las
mismas fechas de su precipitada boda con la viuda de su amigo Fernando Jordán de Urrías y Ruiz de Arana,
sobrino del presunto padre de la Chata.
De este matrimonio quedaron tres hijas y un hijo. El 1 de enero de 1905 Luis Fernández
de Córdova cambia su testamento abierto de 15 de marzo de 1904 por uno cerrado
que contiene una cláusula especial en la que lega una asignación mensual al
hijo de su amigo, menor de edad, sin mencionar para nada a sus hermanas ni
dejar entrever que se casaría con la viuda a finales de año, muy poco antes de morir
por un disparo de revólver. Este protegido de Luis tiene como madrina de
bautizo a la ex reina Isabel II.
|
Infanta Paz |
De la
correspondencia que hallé en la Real Biblioteca entre Luis, marqués de
Mendigorría, y la infanta Paz entre 1891-1893, se obtienen datos muy interesantes,
como la especial relación entre Luis y la infanta Eulalia, quedando patentes
continuas referencias del estrecho vínculo que mantiene la infanta Paz con Miguel
Tenorio, en la línea de la teoría de Zavala respecto a la paternidad de la
infanta Paz. En su libro Bastardos y
Borbones Zavala se apoya en que Miguel Tenorio nombró a la infanta Paz su
heredera universal, lo que se concreta a la muerte de este en 1916. Bastantes años antes, en 1893, la infanta Paz
le escribe a Luis sobre las Memorias Íntimas:
‹‹Al llevárselo a Tenorio dice no haber leído en su vida nada más interesante.
Ya me ha devuelto el primer tomo que he empezado a leer››.