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domingo, 11 de febrero de 2018

Lo que se ha ocultado sobre el detonante de la primera república española



Un día como hoy en el año 1873 se proclamaba la primera república en España. Esta ruptura histórica marcaba un antes y un después de la monarquía española, que desde 1700 ostentaran los borbones hasta que en 1868 la reina Isabel II partiera al exilio huyendo de las furias populares que la despedían con el lema los borbones, jamás, jamás… Sin embargo, no fue entonces cuando se proclamó la república, y en su lugar se instaló una regencia en espera de rey liderada por los generales Prim y Serrano. El monarca elegido por el general Prim fue el italiano Amadeo de Saboya I, apodado por muchos el macarrónico, que estrena su reinado en compañía del cadáver del general Prim, víctima de un atentado el 27 de diciembre de 1870, cuando acudía a recibir a su rey electo sin apenas consenso.

Amadeo I velando el cadáver del general Prim.

Los borbones conspiraban desde el exilio para restaurar su dinastía con el hijo de Isabel II, Alfonso XII, al cual se intentaba desligar de la figura materna tan vilipendiada por el pueblo, cuyo rechazo hacia la ex soberana queda reflejado en la letanía anónima que se le dedica, describiéndola como Mujer infiel, Casa de inmundicia, Arca de descrédito, Refugio del vicio, Consuelo de la lujuria... Los alfonsinos iban ganando terreno ante la elección de Amadeo I y reunían adeptos para destronarlo. Y es cuando surge un gravísimo conflicto en el cuerpo de artillería que desemboca finalmente en la salida del rey Amadeo, el cual se ve obligado a firmar un decreto con el que no está de acuerdo e inmediatamente a ello abdica, dando con ello lugar a la proclamación de la primera república.

Isabel II de España.

El decreto era para disolver el cuerpo de artillería a causa de la dimisión masiva de todos sus oficiales. Y de esto no se habla apenas en los libros, o se corre un tupido velo. El conflicto no fue fortuito y se origina en noviembre de 1872 cuando el gobierno del entonces presidente Manuel Ruiz Zorrilla saca a la luz nuevamente los sucesos del 22 de junio de 1866, cuando se inicia una revolución para derrocar a la reina Isabel II. No se limitaba a un pronunciamiento, iniciado en el cuartel de San Gil de Madrid, sino a la participación del pueblo en una lucha que se mantuvo a lo largo del día en una jornada sangrienta que produjo no menos represiones de fusilamientos masivos en los días sucesivos.

Cuartel de San Gil el 22 de junio de 1866.
Fusilamientos masivos a cabos y soldados como represalia del gobierno por los sucesos del 22 de junio de 1866.

Varios oficiales de artillería mueren en esta sublevación, comenzada por un asesinato producido a manos de sicarios protegidos por el gobierno: el del coronel Federico Puig Romero, presunto padre de Alfonso XII, que al igual que sus padres, pagó demasiada cara su obligada cercanía a la corona con la consiguiente exigencia de cumplir los caprichos regios. Todo lo que hay detrás de este asesinato y la importancia que le confiere la dinastía Borbón hasta el punto de ocultar y deformar las auténticas circunstancias constituye un punto clave para la investigación de mi libro de ensayo Voces desde el más allá de la historia. Espero que los resultados sean determinantes para lograr con el tiempo una revisión histórica de estos hechos. Y que en la memoria quede ya la fecha de 11 de febrero asociada a la primera república y al 22 de junio de 1866. 



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