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martes, 31 de agosto de 2021

El calvario de la elegida de Fernando VII

Última instancia de Gertrudis Romero a Fernando VII (28-5-1824)


Hoy se cumplen ciento noventa y siete años de su muerte y quiero dedicarle un homenaje a esta mujer que tuvo que inmolarse quedando a merced de los caprichos de Fernando VII sin opción posible. Gertrudis Romero, mi antepasada, hubo de soportar a lo largo de nueve años ser sometida a los oscuros deseos de Fernando VII, que decidió hacerla suya sin importarle que fuera una mujer casada y con siete hijos. Tampoco valieron de nada los méritos de su marido, Vicente Puig, militar que luchó contra los invasores para devolverle a Fernando VII el trono que por cierto había adquirido por malos modos conspirando contra su padre el rey Carlos IV e incluso llegando a intentar envenenar a su madre, María Luisa. 

Vicente Puig era un estorbo y necesitaba deshacerse de él cuando ella quedó embarazada de un vástago real que llevó el apellido Puig aunque le correspondiera Borbón. El víacrucis de Gertrudis no había hecho más que empezar. Desde el instante en que se convirtió en blanco de las apetencias borbónicas solo podía elegir entre darles un futuro a sus hijos o sufrir las iras del déspota que con toda tranquilidad destruía hogares y familias sin que tuviera que rendir cuentas a nadie. 

Se me eriza la piel de pensar en lo que debió suponer para ella someterse sexualmente al verdugo del marido que amaba y no poder oponer la menor resistencia por el bien de sus hijos, que se incrementaron con otros dos del rey, la última, ahijada de su propio padre. Me cuesta imaginar lo que tuvo que ser para ella participar en la infidelidad de Fernando VII a su esposa la reina Isabel de Braganza, a cuyo servicio puso a Gertrudis como azafata para tenerla cerca. 

Pero todo ese suplicio de nada valió cuando el déspota decidió emprenderla contra ella y su familia, agotando sus días prematuramente y regodeándose en dejarla en la más absoluta miseria a ella, sus hijos del primer matrimonio y los tres de sangre real. Solo fue magnánimo a la hora de pagar el funeral, que se llevo a cabo con oficio funeral de secreto. Y tal como había sucedido con Vicente Puig, la causa verdadera de su muerte fue ocultada. Quizá fuera la misma que pensaba propiciar a su propia madre. 

Pero el destino, caprichoso, no permitiría que la semilla de Vicente y Gertrudis se perdiera en sus fines de vida anticipados. La heredera de Fernando VII se encargaría de que su vástago real llevara la sangre Puig Romero. 

Enlace a Los últimos días de la abuela extraoficial de Alfonso XII

Descanse en paz mi antepasada Gertrudis, madre de siete hijos Puig,  de tres Borbón y abuela de rey.

 

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